Mas que interesante el articulo enviado por un Quinterano (Miguel) con respecto a Ritoque, donde una empresa colombiana quiere colocar un gran Resort.
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En Ritoque, la cadena colombiana Decameron quiere construir un all inclusive de más de 300 habitaciones. Mientras los ambientalistas acusan que el proyecto destruirá el último pulmón verde de Quintero, la empresa dice que sorteará todas las evaluaciones para concretar su primera inversión en Chile.
Por Natalia Saavedra
Hay poca gente porque la temporada estival va en retirada. Pasadas las cuatro de la tarde aparecen algunas familias que se instalan en la playa de arena fina y con olas pequeñas pero una gran corriente. Casas de arquitectura moderna adornan el risco que cobija la playa de Ritoque, conocida por sus olas que atraen a surfistas durante todo el año.
La playa se cierra con un cordón de dunas que adorna el paisaje, sobre las cuales crecen arbustos con distintos matices de verdes. Pero ese paisaje silvestre, podría cambiar drásticamente. En la zona, la cadena colombiana Decameron pretende construir un resort all inclusive de más de 300 habitaciones, para lo cual ya cuenta con los permisos municipales aprobados. Será la primera inversión del grupo hotelero en Chile, luego de anunciar su arribo al país el año pasado.
Sin embargo, en el camino, las cosas se han enredado. El proyecto desató la inquietud de los vecinos del sector, y el municipio dice que sólo se enteró del mismo en enero pasado, casi un año y medio después de que el grupo iniciara la tramitación de sus permisos. Mientras, las organizaciones ciudadanas están en pie de guerra contra la iniciativa, acusando efectos sobre la flora y fauna del campo dunar, la alcaldía reconoce que hay muchos aspectos que no pueden responder a la comunidad. El manejo del agua, los residuos y la conectividad vial son asuntos que hasta ahora no conocen en profundidad.Con todo, la empresa prepara para las próximas semanas el ingreso de su propuesta al Sistema de Evaluación Ambiental (SEA), con el fin de que ese análisis les despeje el camino para iniciar la construcción de su primer hotel en el país.
Los pies en la arena
En abril de 2014, medios de prensa nacionales hicieron eco de la llegada de un nuevo grupo empresarial a Chile: los colombianos de Decameron. Controlados por Terranum, manejan 7.500 habitaciones en 27 hoteles ubicados entre Colombia, Ecuador, México, Perú, Jamaica y El Salvador. Su meta desde hace un año es iniciar un plan de expansión que incluye a Chile, concretamente a las regiones de Atacama y Magallanes, y a ciudades como Santiago y Viña del Mar.
Era una idea que venían afinando hace más de un año. San Pedro de Atacama fue su primer objetivo. Silenciosamente, en febrero de 2013 la compañía ingresó al SEA una Declaración de Impacto Ambiental, donde dejaban en evidencia su intención de construir en el sector un hotel de 42 habitaciones. Pero sólo un mes después de haber iniciado el trámite (en marzo de ese año), la cadena retiró la iniciativa del sistema. Una serie de complejidades ambientales dejaron el proyecto en stand by.
La mirada entonces se fue más al sur, específicamente a la Quinta Región. A través de sus asesores en Chile, la empresa Novum, fueron invitados a visitar un terreno en la costa de Quintero, específicamente en Ritoque. Dunas, playa y una vegetación abundante gracias al microclima de ese ecosistema, conquistaron al presidente de Decameron, Lucio García, quien viajó especialmente a Chile a ver el terreno. Ése sería el lugar. Así, poco después firmarían con los dueños del terreno, la familia Amenábar, una promesa de compraventa por cerca de 21 hectáreas frente a la playa de Ritoque con salida directa al mar.
Tras ello, la indicación de los colombianos fue ponerse manos a la obra. Novum contactó entonces a los arquitectos de Fuenzalida, Swinburn y Asociados para diseñar el all inclusive. Lo que resultó fue un complejo de edificios de cuatro pisos que sumarán 344 habitaciones, piscinas, una villa de surf con 40 cabañas (más cerca del borde costero) y un club de playa, además de zonas comunes de esparcimiento. El concepto del hotel es un todo incluido enfocado principalmente en público extranjero que puede visitar Santiago, pero que demanda contacto con la naturaleza. Sus estimaciones indican que diariamente se moverían en el sector cerca de 322 pasajeros y un total de 780 personas, sumando los trabajadores que atenderán el recinto.
Específicamente, el complejo estará ubicado a 1,5 kilómetros de la playa principal de Ritoque y su estructura frente al mar alcanzará los 300 metros. Según la empresa, en total sólo ocupará un 1% del cordón de las dunas de Ritoque y un 5% del terreno total del hotel.
El factor sorpresa
Poco antes de salir de vacaciones, el alcalde de Quintero, Mauricio Carrasco, recibió una solicitud para reunirse con los representantes en Chile del grupo colombiano Decameron. No sabía cuál era su interés en Quintero, una comuna reconocida por las empresas industriales que operan en la zona, sus altos índices de contaminación y episodios ambientales poco amigables, como los ocurridos en la localidad de La Greda.
La primera semana de enero, los ejecutivos de la cadena llegaron a la oficina de Carrasco en pleno centro de la ciudad, como recuerda el alcalde, y le presentaron el ambicioso proyecto hotelero. “Lo encontré muy interesante, pero la verdad es que debo reconocer que me tomaron por sorpresa, porque en esa reunión me informaron que tenían todos los permisos de obras aprobados entregados por el mismo municipio. No tenía idea”, reconoce el edil.
Según relata, una vez que se terminó la reunión, citó al director de Obras Municipales (DOM) de Quintero, Luis Bernal, para conocer a fondo de qué se trataba la iniciativa y el porqué no había sido informado de una inversión de más de 50 millones de dólares en la comuna. “Lo que me dijo fue ‘alcalde, acá al día entran 10 a 20 permisos, no le puedo estar informando de todo lo que pasa.
Además, ellos cumplieron con todos los trámites legales”, recuerda Carrasco.
Bernal estaba en lo cierto, pues la cadena había seguido rigurosamente los pasos para contar con el visto bueno para iniciar las obras. En agosto de 2013, la compañía presentó el proyecto al municipio. Para la cadena esa fecha era clave, pues se tramitaba para toda la región un cambio en el plano regulador que modificaba las condiciones de constructibilidad en la zona del proyecto. Tras ello, y de acuerdo a los plazos legales, contaban con un año para presentar una propuesta terminada.
Así, en agosto de 2014, ingresaron a la DOM la propuesta final, siempre regidos por las condiciones del antiguo plan regulador (gracias al ingreso realizado en 2013), que permitía levantar en la zona, entre otros equipamientos, recintos turísticos. Con todo, luego de las observaciones municipales correspondientes, siempre provenientes de la DOM y no de la alcaldía, en enero de este año el municipio debía entregarles el permiso de obras definitivo, luego de que Decameron –tal como lo exige la tramitación en estos casos– cancelara al municipio cerca de 77 millones de pesos. “Ante la inquietud que esto despertó por la forma de enterarnos, además de que la comunidad también nos exigió un montón de respuestas, averigüé si era posible frenar de alguna forma la entrega de los permisos pero era imposible, ya que el departamento jurídico me explicó que eso no era legal”, añade el alcalde.
Sin mucho campo de acción, el concejal quinterano, Felipe Vergara, comenta que el asunto también fue una sorpresa para el concejo, que conoció el proyecto por primera vez el 7 de enero. Vergara, como presidente en ese momento de la Comisión Territorial, solicitó una reunión con Luis Bernal, con el fin de que les explicara las condiciones en las que se entregó el permiso. En la cita, que se llevó a cabo la segunda semana de febrero, “Bernal detalló que todo estaba en regla, que no existía nada ilegal en la entrega de los permisos y que esto era más que nada una confusión”, recuerda el concejal.
Presionado por los vecinos de Ritoque, el municipio debió tomar cartas en el asunto. Carrasco ordenó el ingreso de una petición a Contraloría que aclare si se siguieron o no todos los protocolos para el otorgamiento del permiso y, sobre todo, con el objetivo de responder a la duda de si el proyecto puede o no regirse por el antiguo plan regulador y no por el nuevo, que clasifica al sector como zona verde, disminuyendo la superficie constructible y limitando el tipo de equipamiento que se puede emplazar en las dunas.
Las inquietudes verdes
Pero el mal entendido dentro de la alcaldía escaló más allá, pues la molestia se desató rápidamente entre comunidades ambientalistas y vecinos del sector. Tamara Tello, presidenta de la junta de vecinos Ritoque Playa, relata que también durante enero fueron contactados varios dirigentes vecinales para reunirse con la empresa. Se juntaron en El Tello, un histórico restaurante de la playa.
Allí los representantes de la cadena repitieron el esquema: presentaron el proyecto y luego informaron que los permisos estaban aprobados. “Jamás pensamos que se trataba de un algo inmediato, sino que a largo plazo. Todos quedamos sorprendidos cuando nos dijeron que tenían todo listo. Le pedimos explicaciones al municipio, que menos sabían del tema y le traspasaron toda la responsabilidad a la Dirección de Obras”, comenta Tello.
El conflicto escaló. Los vecinos corrieron la voz de que el proyecto se levantaría en el último pulmón verde de Quintero y que era necesario paralizarlo a toda costa. Las preocupaciones de la comunidad dicen relación con las consecuencias ambientales que pueda tener el resort en el cordón dunar. Entre ellos, lo que más les preocupa es el manejo de las especies silvestres y animales del sector (gran número de aves), además del efecto que la instalación tenga en la provisión de agua, considerando que los vecinos de la zona no cuentan con red de agua potable ni alcantarillado.
Osvaldo Pascual y Mónica Gastó son dueños de la posada El Parque, a orillas de uno de los humedales que alimentan a Ritoque y se han organizado en contra del proyecto. A su juicio, un hotel de estas dimensiones secaría las napas subterráneas y los humedales del lugar. “En la reunión con la empresa, sus representantes, SGA consultores, desconocieron la alta biodiversidad que existe en esta zona. Para ellos, justo en este sector donde va a estar el resort, no hay presencia de fauna ni de flora muy importante. Lo que se contrapone total y absolutamente con los estudios de línea base solicitados por el Gobierno a la Universidad Católica y la Universidad de Playa Ancha para ver la posibilidad de declarar las dunas de Ritoque, borde costero y Humedal de Mantagua santuarios de la naturaleza”, explica Pascual.
A la par, la organización Dunas de Ritoque presentó otro requerimiento en la Contraloría que busca que se indague en la legalidad del permiso. Según Andrés de León, presidente de esta ONG, existe un resquicio técnico para declararlo nulo, por no haber efectuado el cambio de uso de suelo requerido por la normativa. “Es una estrategia que utilizamos para frenar un proyecto de Codelco y nos resultó. También se aplica a este caso. Y si eso no funciona, obviamente estamos preparados para hacer todas nuestras observaciones en el proceso de evaluación ambiental que debe atravesar la empresa”, detalla el dirigente.
Pero la compañía desestima que éste sea un proyecto agresivo con el ecosistema y, por el contrario, señala que se trata de una construcción sustentable que hará un uso racional del agua y que contará con todas las mitigaciones necesarias para no contaminar la zona. De hecho, en las próximas semanas ingresarán al SEA un Estudio de Impacto Ambiental (más complejo que una declaratoria) con el fin de despejar todas las dudas de la comunidad y el municipio y contestar así, por medio de las instancias de participación ciudadana que permite este instrumento, todas las inquietudes al respecto. Además, añaden que el hotel generará un beneficio incalculable para Quintero: más de 500 puestos de trabajo permanentes.
No será un trámite fácil para Decameron, pues si bien se han asesorado para no cometer el mismo error que en San Pedro, las autoridades ambientales regionales hicieron eco de las quejas de la comunidad. Tania Bertoglio, seremi de Medio Ambiente de la Región de Valparaíso, explica que la zona donde se encuentra el hotel está identificada en la Estrategia Regional de Biodiversidad como uno de los 56 Sitios Prioritarios para la Conservación. Lo anterior motivó a que el Ministerio del Medio Ambiente llevara a cabo el levantamiento de un estudio denominado Sitios de Alto Valor para la Conservación, Región de Valparaíso, de donde se desprende que en el sector hay una gran riqueza de especies de flora y fauna.
“Es importante señalar que las dunas actúan como una barrera natural de la acción marina hacia el continente, frenando eventos destructivos que puedan afectar tanto a los sectores urbanos costeros como a los paisajes característicos del borde litoral de los territorios involucrados”, agrega Bertoglio.
Con todo, aún resta que se consoliden los resultados de esta investigación, tras lo cual la Seremi evaluará qué figura de protección es la más adecuada para resguardar el sector donde Decameron pretende levantar su hotel, sumándole un factor más a la pista que hasta ahora no se les ve nada fácil a los colombianos. •••
Leer el articulo de capital.cl en..
http://www.capital.cl/poder/2015/03/20/000318-marea-alta-2